Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento



Hermanas, hermanos, con el adviento estamos iniciando un nuevo año litúrgico. Dejamos aun lado el evangelio de San Lucas y tomamos el de  San Mateo.

Al comenzar un nuevo año, dejamos atrás la historia gastada y nos aventuramos aun futuro esperanzador.

El adviento nos invita a renunciar a una historia marcada por la violencia, la corrupción, el nacionalismo, el fundamentalismo religioso, la xenofobia,  las injusticias y los abusos de los poderosos contra los pobres., y esperar un futuro mejor al lado de Dios, donde reinen la paz y la justicia. De esto nos habló profeta Isaías en la primera lectura.

En la segunda lectura, el apóstol San Pablo nos invita a revestirnos de Cristo. Esto significa vivir desde el evangelio, y cambiar de rumbo nuestra existencia, dejando los excesos y abandonándonos en Dios. También debemos cambiar la forma en que planteamos nuestra vida, tenemos que renunciar a los anti-valores que nos arrastran a la destrucción.  

Recordemos la historia sagrada. Los once primeros capítulos del Génesis narran cómo la humanidad busca su identidad al margen de su creador/de Dios., y está a punto de perderse por la maldad y la arrogancia. Los hermanos no se respetan, se matan y la humanidad se pervierte perdiendo su chispa divina. 

Es evidente que la historia, nuestra historia, necesita ser siempre renovada., necesitamos recomenzar, porque siempre es posible "recomenzar" para el ser humano, y lo debemos hacer desde Dios.

Es por eso que la Palabra de Dios, es Buena Noticia para el mundo. Debemos evangelizar nuestro presente para un futuro mejor. Cada generación es portadora de preguntas que aguardan de nuestras respuestas. Pero, al menos desde el punto de vista cristiano, no todas las posibles respuestas son válidas. Hemos de encontrarlas entre todos dejando bien claro nuestra opción cristiana por la defensa de la vida.

El nuevo tiempo los construyen quienes esperan la paz, practican la justicia, sostienen el derecho, viven la solidaridad, manifiestan la fraternidad universal, predican el amor y dan frutos de compasión y misericordia. El nuevo tiempo lo forman quienes creen que el mal puede ser vencido a fuerza del bien., quiene e practican los valores que hacen reconocernos los unos en los otros y de necesitar unos de otros.

El futuro que construyamos, junto con los otros, debe ser desde un nuevo modelo de convivencia y desarrollo sostenible que supere: el individualismo, el egoísmo en las relaciones, la idolatría del dinero, el mercantilismo, que tanta esclavitud genera, el modelo de desarrollo de los gobiernos que considera ilimitados los recursos naturales, la relación política nacional e internacional al servicio de los poderosos, el mercado del desecho y lo descartable, la visión antropológica del hombre fragmento y de la verdad relativa y aparente.


Que la virgen María nos acompañe, el Espíritu Santo nos anime y la el Señor Jesús nos proteja. 

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