El mes de octubre es un tiempo especial para recordar y renovar el compromiso de la Iglesia con su misión evangelizadora. Es el mes de las misiones, donde celebramos y honramos a los santos misioneros que, con valentía y entrega, llevaron el mensaje de Cristo a todos los rincones del mundo. Este tiempo nos invita a reflexionar sobre nuestra propia responsabilidad como bautizados de ser testigos del Evangelio en nuestra vida cotidiana.
Entre los santos misioneros que celebramos en este mes, destaca San Gaspar del Búfalo, fundador de los Misioneros de la Preciosa Sangre. Su vida es un ejemplo claro de lo que significa entregar la propia existencia al servicio de Dios y de la misión de la Iglesia. Su lema, "Por Dios hay que hacer mucho, pronto y bien. Mucho porque se lo merece, pronto porque la vida es corta, y bien, porque solo así se le puede servir", nos recuerda la urgencia y el compromiso con los que debemos vivir nuestra vocación misionera.
Este mes es una oportunidad para recordar que todos somos llamados a ser misioneros, ya sea en nuestra familia, en nuestra comunidad, o más allá de nuestras fronteras. Siguiendo el ejemplo de San Gaspar del Búfalo, estamos llamados a hacer mucho, a no postergar, y a hacerlo bien, para mayor gloria de Dios y para el bien de nuestros hermanos.