Damos gracias a Dios con inmensa alegría por la elección del Papa León XIV, Su Santidad Robert Francis Prevost Martínez, a quien el Espíritu Santo ha confiado el timón de la Iglesia en este nuevo tiempo de gracia.
Como Misioneros de la Preciosa Sangre de Cristo, nos llena de esperanza que un hermano profundamente marcado por la misión haya sido llamado a suceder al Papa Francisco. El Papa León XIV no solo aporta una sólida formación académica y una vasta experiencia pastoral, sino también el testimonio de una vida entregada al Evangelio, especialmente entre los más pobres del Perú, donde ha servido con amor desde 1985.
Su compromiso con una Iglesia sinodal, cercana a las periferias y fiel al clamor de los pueblos, resuena con la espiritualidad de la Preciosa Sangre: esa llamada a la reconciliación, a la entrega generosa y a la construcción de comunión mediante el sacrificio redentor de Cristo.
Pedimos la intercesión de San Gaspar del Búfalo, nuestro fundador y profeta de la Sangre de Cristo, para que acompañe y sostenga a Su Santidad León XIV en su ministerio. Que la fuerza vivificante de la Sangre del Cordero lo inspire en su servicio al Pueblo de Dios y en la misión universal de anunciar la paz, la justicia y la misericordia del Señor.
Con filial afecto y obediencia,
Los Misioneros de la Preciosa Sangre de Cristo