Después de 35 años dejamos la Parroquia Cristo Rey.

Luego de 35 años, La Congregación Misioneros de la Preciosa Sangre deja el servicio pastoral en la Parroquia Cristo Rey de la Diócesis de Valdivia 

Compartimos a ustedes el mensaje oficial del Director del Vicariato Chileno a los fieles de Cristo Rey.

Queridos Hermanos y Hermanas:S4031135

Hemos venido en representación del Vicariato Chileno de los Misioneros de la Preciosa Sangre, para hacerles partícipes de una noticia del interés de todos ustedes. Nuestra comunidad en Chile ha resuelto dejar la administración y atención pastoral de la Parroquia Cristo Rey.

P1170203 Ha sido una decisión dolorosa y difícil, tomada en nuestra última Asamblea, acaecida en Enero de este año y deberá llevarse a efecto el 31 de Enero de 2010. La razón fundamental para haber tomado ésta difícil decisión, apunta a nuestra imposibilidad de poder seguir atendiendo todos nuestros compromisos, con la cantidad de sacerdotes disponibles en nuestro Vicariato. Esto nos ha obligado a iniciar un proceso de discernimiento prolongado, no exento de tensiones y dolores, que ha considerado una evaluación de todos nuestros apostolados en Chile y de cómo poder atenderlos mejor, con los sacerdotes que tenemos. Gracias a Dios tenemos algunas vocaciones, pero ellas no logran satisfacer por el momento, en el mediano plazo, las pesadas demandas pastorales de todos nuestros compromisos. Como ustedes saben, somos sacerdotes que vivimos en comunidad y requerimos además poder cuidar a nuestros hermanos ancianos y enfermos. Por otra parte, gracias a Dios, durante años hemos recibido la ayuda generosa de hermanos sacerdotes de otros países, pero que tienen un compromiso definido de estadía en Chile. Los Padres Norteamericanos que quedan con nosotros han regalado sus vidas a vuestro servicio y desde hace más de veinte años que no se han sumado nuevos sacerdotes provenientes de los Estados Unidos, debiendo fundamentalmente sostenernos con las vocaciones locales.

Esta Parroquia, como otras que nuestra Comunidad ha atendido por  tantos años, refleja el tesón y empeño de los esfuerzos que esta ciudad tuvo que realizar a partir de las consecuencias del terremoto de 1960. El desarrollo de la Población Teniente Merino tuvo la guía espiritual de los Misioneros de la Preciosa Sangre que sirvieron y sirven con entrega y generosidad. Deseo recordar a nuestro primer Misionero, el Padre Pablo Aumen, quien tuvo que poner los cimientos de la comunidad cristiana en este sector, en el lejano año 1974. Le siguieron los Padres Patricio Patterson, Donald Thieman, el recordado y recientemente fallecido Padre Ricardo Beischel, el Padre Nicanor Azúa y en los últimos años y por un tercer periodo, el Padre Humberto P1170199Jaña. Además, como ustedes recordarán, colaboraron en el servicio pastoral durante todos estos años los Padres Tomás Hemm, John Falter, Magnus Tegete, Omar Cerda, Richard Kungi y Abelardo Ibaceta, también recientemente fallecido.

Pero la vida de una comunidad Parroquial no está fundamentada sólo en el esfuerzo de los sacerdotes, o en las Congregaciones religiosas que la atienden. El fundamento principal es la obra que Dios va realizando a través de Jesucristo en cada una de las personas que se van haciendo partícipes de su Parroquia. La Parroquia Cristo Rey se levantó con el empeño y dedicación de tantas personas que no escatimaron esfuerzos por hacer sentir este lugar físico como un lugar de encuentro con Dios y de acogida cristiana en comunidad. La Parroquia tiene su razón de ser en la apertura, espíritu de acompañamiento y actitud de servicio de cada uno de sus integrantes. Los Misioneros de la Preciosa Sangre queremos dar testimonio de gratitud a esta querida comunidad que nos ha recibido con tanto cariño durante estos treinta y cinco años que hemos estado con ustedes. Gracias por soñar, trabajar, proyectar y compartir con nosotros las alegrías, penas y esperanzas que han transitado por nuestras vidas en todo este tiempo.

Como Misioneros de la Preciosa Sangre sentimos la pena de dejarles, P1170202pero al mismo tiempo nos consuela ver en ustedes a una comunidad madura, responsable, creativa y servidora, que es la prueba viviente de todos los esfuerzos que hemos hecho para hacer presente a Jesucristo Resucitado en medio nuestro.

Confiando nuestra vida y labor pastoral al servicio de la Iglesia nos encomendamos a vuestras oraciones, pidiendo al Señor de la vida nos siga bendiciendo con muchas y santas vocaciones. Que María, Señora de la Preciosa Sangre nos proteja y bendiga.

 

Padre Luis Briones Pincheira, CPPS

Director del Vicariato Chileno

Misioneros de la Preciosa Sangre

Contribuyentes