La celebración litúrgica de Santa María Virgen “auxilio de los cristianos” fue instituida en 1814 por el Papa Pío VII en un momento difícil para la Iglesia y como final de su exilio.
San Gaspar del Búfalo, de regreso también él a Roma en el mismo periodo después de cuatro años en el exilio, quiere a “Santa María Auxilio de los cristianos” como Patrona de su Congregación. A ella consagró todo su ministerio y ordenó que su imagen se expusiera a la veneración durante las misiones y se celebrase anualmente la fiesta en las iglesias de la Congregación.
También santa Maria De Mattias le tuvo una gran devoción, como se lee en la Regla de 1838 y en muchas de las cartas dirigidas a sus hijas. “La Virgen María es invocada en la Iglesia con el título de Auxiliadora porque con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada”. (Lumen Gentium, 62).